RESIDENCIAS EN DRAMATURGIA

Las obras escritas por diez jóvenes autores teatrales, que se arrojaron a la valiente hazaña de completar sus textos en el curso de unos cuantos meses, dan cuenta de lo mucho que nos reconforta sentirnos acompañados por aquellos seres ficcionales que comparten con nosotros la incertidumbre y la insatisfacción. Esta intrépida comitiva de exploración dramática inició la aventura ofreciendo algunos atisbos anecdóticos y ciertas intuiciones temáticas.
Durante las sesiones virtuales, desde esos recuadros diminutos del Zoom, ellas y ellos hablaban apasionadamente acerca de los caminos que habían empezado a transitar y siempre, afortunadamente, descubrían la aparición de obstáculos que impedían el avance terso de su escritura. Digo que afortunadamente porque esos obstáculos son los que nos emparentan con los personajes, son los que hacen vibrar la palabra dramática, misma que obedece a la necedad y necesidad de avanzar a pesar de los lastres, los grilletes y las piedras del sendero.
Leer estas obras apasionantes permitirá a los espectadores de sillón trasladarse a otros cuerpos y otras realidades en las que se sentirán acompañados. La experiencia teatral nos abraza a todos en nuestra infinita y maravillosa imperfección.

Mariana Hartasánchez